viernes, 23 de marzo de 2007

Una de zapatos...

Desde que me sale lo mismo comprar una gaseosa pequeña que un "Cospel" (pase para subir al colectivo), me puse en una actitud Kung-Fu, cargue de temas el reproductor MP3 y recorro las (aproximadamente) 30 cuadras que me separan del trabajo sobre mis 2 intentos de piernas.

Si bien tiene sus ventajas, como tomar aire, mirotear algún que otro local nuevo, chusmear si hay revistas nuevas en el puesto, mirar el muró de la Plaza San Martín a ver que le pintaron de nuevo, escuchar como 3 veces aquel disco nuevo que mucho no gusta y a fuerza de sonar, paso a la lista de "escuchables"....también existen grandes desventajas, que pierdo aproximadamente 40 minutos (del tiempo que siempre me falta) y que los malditos zapatos que tengo me generan ciertas dolorosas lastimaduras en los pies.

Si bien una bella joven me regalo hace un tiempo, un par de zapatos comodisimos, los mismos no hacen juego con toda la ropa que suelo usar para venir a trabajar y como la imagen es todo, tuve que optar por una opción mas incomoda para ciertos días.

Mientras me sacaba el pedacito de piel que quedo colgando donde raspaba el zapato, me puse a pensar en ¿de donde habrá salido esta idea de calzarse? ¿porque no podemos ser como los hobbits?

Y bueno, como no podía ser de otra manera la iNet me dio la respuesta (o me mintió cruelmente, como suele hacer en sus días).

Aparentemente esto viene de muchisisimo tiempo atrás, donde los hombres usaban tapa-rabos y pintaban en las paredes sus vivencias diarias, se ve que cuando descubrieron las muchas utilidades de la piel para combatir el frío, les agarró un ataque de fineza y se empezaron a calzar con partes de cuero.
Los griegos mas a la moda todavía, empezaron a diseñar distintos modelos de zapatos uno para el pie izquierdo y otro para el pie derecho.
En Roma el calzado indicaba la clase social, los cónsules usaban zapatos blancos, los senadores zapatos marrones prendidos por cuatro cintas negras de cuero atadas con dos nudos, y el calzado tradicional de las legiones eran los botines que descubrían los dedos.
La numeración parece ser de origen inglés, quienes tuvieron una fuerte movida en la fabricación del calzado alrededor del año 1600 donde demandaron la creación en masa de aproximadamente 5000 pares de zapatos para el ejercito.

En fin, toda una historia tiene el tema..y me parece que ya es medio tarde para proponer que todos caminemos descalzos por ahí.

1 comentario:

mE! dijo...

Jua, como que ya hubo demasiada gente dandole vueltas al asunto antes que vos..
De todos modos, tengo la teoría de que si anduvieras descalzo todos los días, después de un tiempo se te harían suela los pies mismos...
Querés ser mi piloto de pruebas?

(notese que evité el término "conejillo de indias" :P)
besos! xD